Partiendo del saber que cada persona es única e irrepetible; de la misma manera, cada día de nuestro existir es total y absolutamente único.

Nos seduce mucho la idea de pensar en que las acciones que nos corresponde ejecutar, pueden esperar. Y sí, definitivamente muchas de ellas pueden postergarse.

Pero si caemos en consciencia y nos ubicamos en el momento presente. Es muy satisfactorio y relajante, aprovechar cada oportunidad del día en curso.

Dándonos cuenta que dicho día tiene la magia perfecta de que, tiempo y acción se combinan para lograr un beneficio o mejora gracias a utilizar circunstancias o momentos específicos.

Y con esto quiero decir que sólo basta con vivir plenamente el momento presente, sin dispersar de nuestro ser la única y verdadera idea de ser feliz.

De tomar hasta la más mínima oportunidad de agradecer todo lo que poseemos, lo material y lo no material.

Que todo nuestro existir se refiere a la oportunidad de respirar y sentirnos vivos.
 

                                                                                                                                                                     Maya.