Constantemente tenemos algún tipo de relación con alguien o con algo. Todo en la vida son relaciones.

 

Y eso es precisamente lo que nos da la oportunidad de mostrarnos como somos.

 

Obviamente fuimos moldeados por nuestros padres o personas que estuvieron a cargo de nosotros.

 

La manera en que nos proyectamos en primera instancia está fuertemente ligada a lo que aprendimos observando en nuestra infancia.

 

Si en nuestra infancia disfrutamos de un ambiente amoroso, lleno de comunicación, fluido con respeto y todo aquello que aparentemente podría decirse "perfecto", no habría la necesidad de que en mi etapa adulta me sienta vací@, carente o incomplet@.

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Pero entonces vienen a mí las preguntas. ¿Por qué me siento poco amad@? ¿Por qué me cuesta dar o recibir?

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En la medida en que practicamos primero con nosotr@s mism@s esa expresión de AMOR en sus fracciones que en ocasiones no les damos importancia.

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Es entonces cuando se volverá más sencillo ofrecer o dar AMOR en la inmensidad que nos gusta.

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Y a qué me refiero con fracciones de AMOR o mejor dicho a fracciones como piezas de rompecabezas que separadas también son AMOR.

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Existe una infinidad de formas de darte AMOR.

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AMOR a ti mism@, es también darte TIEMPO para disfrutar de cosas, acciones o momentos que deseas. AMOR a ti mism@ también es DESCANSO cuando estás cansad@. Así como ALIMENTAR tu cuerpo físico con ejercicio y alimentos saludables, o que me dices de ALIMENTAR sanamente tu cuerpo espiritual con meditación, música agradable de alta vibración o leer un buen libro que aporte serenidad a tu mente y a tu sentir.

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Es entonces cuando de manera espontánea doy de mí lo mejor de forma fluida, natural, orgánica; además de sentirme segur@ que recibiré de igual forma y de manera abundante.

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                                                                                                                                                                    Maya.